Las mujeres y jóvenes que reportaron violencia física alguna vez en su vida por parte de sus parejas disminuyó del 55% al 28% entre 1995 y 2016, según un nuevo estudio publicado en la revista BMJ Global Health. Los investigadores del Instituto Global de las Mujeres (GWI) de la Universidad George Washington, en colaboración con la Universidad Nacional Autónoma de Nicaragua en León y la ONG Nicaraguense InterCambios realizaron un estudio de seguimiento sobre la violencia de pareja íntima (VPI) en León, Nicaragua, 20 años después del estudio de prevalencia inicial, titulado Confites en el Infierno.
Dirigido por Mary Ellsberg, directora ejecutiva de GWI, el equipo de investigación también encontró que las mujeres y jóvenes que informaron violencia física por parte de sus parejas en los 12 meses anteriores a las entrevistas de estudio disminuyó del 28% al 8%. Hubo disminuciones similares en la violencia emocional a lo largo de la vida de las mujeres durante ese período de tiempo (del 71% al 42%), así como en el período de 12 meses previos al estudio (del 43% al 23%). No se encontraron diferencias significativas en la prevalencia de violencia sexual a lo largo de la vida de las participantes entre los dos períodos de tiempo.
«El único otro país que conocemos con una reducción documentada en la prevalencia de VPI es Estados Unidos,¨ según la Dra. Ellsberg.
La violencia de pareja íntima (VPI) se define como violencia física, violencia sexual, acoso o daño psicológico por parte de una pareja o cónyuge actual o anterior. Según la Organización Mundial de la Salud, el 35% de las mujeres en todo el mundo experimentan VPI de tipo sexual o física o violencia sexual sin pareja en algún momento de sus vidas. Aunque los esfuerzos para abordar la violencia contra las mujeres y las jóvenes en todo el mundo han aumentado en los últimos 25 años, pocos estudios han examinado un período lo suficientemente largo como para medir adecuadamente las reducciones sostenidas a gran escala en VPI e identificar las estrategias que realmente funcionan para reducir la violencia.
Este trabajo fue financiado por la Iniciativa de Investigación de Violencia Sexual a través del Consejo de Investigación Médica de Sudáfrica.
Fuente: George Washington University
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